La Cruz, Elota, Sinaloa.- Esta mañana se llevó a cabo un homenaje póstumo, para darle el último adiós al teniente coronel Ignacio Juárez Rojas, quien fungía como director de Seguridad Pública y Tránsito Municipal de Elota y a Alfonso Beltrán Jiménez, encargado de armas de la corporación.
Alrededor de las 10:00 horas el cuerpo de Alfonso Beltrán, acompañado de sus familiares, amigos y compañeros de trabajo, arribó a las instalaciones de la Dirección de Seguridad Pública, donde junto a una fotografía y el uniforme del teniente coronel Ignacio Juárez, se realizó la ceremonia, ya que el cuerpo fue trasladado directamente a su lugar de origen.
Las guardias de honor las encabezó el presidente municipal de Elota, Ángel Geovani Escobar Manjarrez, acompañado de regidores, funcionarios y elementos de seguridad.
En su mensaje, Escobar Manjarrez, destacó la labor que ambos realizaron desde sus trincheras para mantener la seguridad del municipio; manifestó que Elota está dolido por los hechos suscitados y las pérdidas irreparables que sufrieron.
“Nos despedimos de ellos físicamente, pero no de sus recuerdos, pues sus nombres quedarán inscritos dentro de esta corporación, ya que fueron hombres que en todo momento trabajaron procurando la certidumbre para los ciudadanos”.
Expresó que el municipio se siente orgulloso del trabajo que ambos realizaron, Juárez Rojas desde su llegada a Elota y Alfonso Beltrán desde hace 22 años dentro de la corporación, momento en el que aprovechó para reiterar su apoyo y solidaridad a las familias de los dos elementos.
“A todos los que compartimos la pena de sus partidas, hoy les digo que, nos dejan su legado, su ejemplo de trabajo y responsabilidad, al estar siempre comprometidos con sus deberes”.
“Reitero mi apoyo y solidaridad a las familias de dos hombres que sirvieron con orgullo a nuestro municipio, el teniente coronel Ignacio Juárez Rojas y el ciudadano Alfonso Beltrán Jiménez.
Finalmente, el comandante Isabel Osuna llevó cabo el último pase de lista, donde los nombres de Juárez Rojas y Beltrán Jiménez, resonaron en repetidas ocasiones en voz de sus compañeros para gritar presente, para luego las torretas de las patrullas sonaran para acompañar a Alfonso Beltrán a su última morada.